Este texto es, una vez más, sobre el deporte que amo y me apasiona, el fútbol, pero no pretende ser un texto termocefalo y sin sentido, pretende ser un análisis de la realidad (la real, ojo) que involucra el fútbol.
La frase que da titulo a la entrada ha sido escuchada por todos más de alguna vez, la han pronunciado novias, esposas, madres, periodistas deportivos, entrenadores, "intelectuales" trasnochados, etc. ¿Para qué darle tanta importancia a un tonto partido de fútbol?. Hace poco en Chile se aprobó la famosa ley "Estadio Seguro" que pretende erradicar la "Violencia" de las canchas para que la familia vuelva al fútbol, que objetivo más noble y lleno de bondad o no. Lo que hizo básicamente la ley fue retirar lo bombos, las cuncunas, el papel picado, los cantos y la fiesta del estadio creyendo que ese era el foco de violencia, las barras bravas. Y la base de esa ley es justamente la percepción de que el fútbol es un "espectáculo deportivo"...un "espectáculo", como el cine o el teatro, no puede existir una visión más sesgada y alejada de la realidad.
Uno simplemente no puede poner el fútbol al mismo nivel de los otros deportes o espectáculos, simplemente no puede. Este deporte mueve más gente que la religión, apasiona por igual a las más diversas generaciones, une continentes, genera un sentimiento de fidelidad absolutamente único. Ninguno de los que nos gusta el fútbol sabemos con certeza si vamos a terminar la universidad, o casarnos con nuestras novias actuales o si nos va a seguir gustando la coca cola, o si los creyentes lo seguirán siendo por siempre; pero todos estamos seguros que a nuestro equipo no lo vamos a cambiar nunca en la vida, por nada, no se tranza. Invito a los críticos a buscar esa sensación y esa realidad en otro deporte o en otro espectáculo.
Nunca me voy a cansar de repetir una frase que refleja muy bien al fútbol...Este deporte es, lo más importante, de los menos importantes. Eso lo dice todo, esa es la realidad que no ven porque no quieren las autoridades y los críticos que tildan a los fanáticos de estúpidos. En este lado del mundo, donde hay pobreza y desigualdad para regalar, donde las empresas barren con la gente todos los días y los políticos no salvan a nadie, uno tiene que aferrarse a algo. La gente más humilde, la con menos acceso a educación y menos oportunidades, a veces lo único que tiene es al fútbol.
Un muchacho que nació en una familia completamente quebrada, que ha vivido siempre en la droga y sin estudios, a veces tiene como única alegría de su vida, ver a su equipo ganar el domingo. A lo mejor si su equipo gana va a estar contento hasta el Miércoles de la semana siguiente, ahí volverá a su realidad pero ya el Viernes estará ansioso por el partido que viene.
¿Y las barras bravas qué son?. Las barras son el único lugar de la sociedad donde ese muchacho se siente partícipe de algo, donde se siente involucrado y no siente que el resto del mundo sigue funcionando ignorándolo. A lo mejor las motivaciones se camuflan bajo otras cosas, como juntarse con la barra a tomar vino o fumar marihuana, pero al final es lo mismo, ESE es el único lugar donde se siente acogido. Indudablemente las barras bravas están llenas de vicios y malas prácticas, debe ser que siguen el ejemplo de los políticos al pie de la letra.
Cómo ese muchacho no va a defender a muerte a su club y a su barra, si son lo único que le trae alegría e inclusión a su vida. Cómo el tipo no va a estar dispuesto a robar, a vender sus cosas, a hacer lo que sea por conseguir una entrada para el domingo ver a su club y juntarse con los amigos del estadio. Yo creo que cualquiera de nosotros defendería a muerte aquello que nos brinda alegría en la vida, para algunos son los hijos, para otros el equipo de fútbol.
La violencia viene de la sociedad, la sociedad es violenta, ¿Por qué el fútbol y el estadio habrían de ser una especia de paraíso del Edén, distintos a la sociedad que los rodea? No tiene ningún sentido. La ley de "Estadio Seguro" está hecha a medida de los nuevos empresarios que rigen el fútbol, en efecto es para hacer que la "familia" vuelva al estadio, pero no cualquier familia, la ley está diseñada para sacar del fútbol a los menos importantes, y para llevar a un público nuevo, con más disposición a pagar, pero que pide a cambio sentirse más seguro.
Probablemente lo que voy a decir ahora suene muy resentido, pero creo que es la verdad. El fútbol no es para esos nuevos espectadores, este deporte no es teatro, no es un mall; uno va a la cancha a vivir con pasión una batalla deportiva, a cantar, a alentar o a verlo en silencio y sentado pero con pasión, no sólo por entretenerse, no es hacer un puzzle o un sudoku. Por eso creo que la frase "Es sólo un partido de fútbol" no tiene ningún sentido, a lo mejor en Noruega o Finlandia (donde la calidad de vida es buenísima) sí, pero aquí no... aquí el fútbol es algo serio, algo que le pertenece y le da pertenencia a un grupo gigante de gente que de otra forma no tendría ningún vínculo con la sociedad.
Eso es el fútbol, es mucho más que un deporte, es la vida misma, la pasión de las multitudes que nadie nunca escucha, y que se pueden sentir representadas una vez a la semana bajo un lienzo que los agrupa y 11 tipos con una misma camiseta corriendo por hacer que su semana sea un poquito mejor.
Confío en que nunca lograrán despojar al fútbol de su identidad, la identidad de ser un deporte del pueblo por definición, con 4 piedras y una pelota plástica podemos vivir todos nuestros sueños cuando somos niños, eso lo hace tan lindo y por eso genera tanta pasión. Espero que mi fútbol querido no cambie nunca, que siga siendo el espacio para los menos importantes, los de verdad.
jueves, 1 de noviembre de 2012
Suscribirse a:
Entradas (Atom)