En la mano no tenia más que un mazo de cartas, las barajaba; le hubiese gustado en su cabeza tener sólo eso...cartas. Fuera de aquella habitación desordenada, el ruido de autos pasando cerca con más frecuencia y de pájaros cantando, anunciaba que pronto Helios lanzaría luz donde ahora solo había oscuridad aparente y estrellas. No es fácil dormir con la mente trabajando.
En ese mismo momento nada importaba pues las consecuencias del insomnio auto inducido vendrían durante el día que no tardaría en comenzar, que era justamente el previo al que le llenaba la cabeza. Tantas historias por venir, es otro año más...en su mente este seria diferente, lo planificaba completamente una y otra vez, corrigiendo detalles y pensando, quizás absurdamente, que todo era controlable, al alcance de la mano y la voluntad.
Los minutos pasaban y cada vez quedaba menos tiempo de tranquilidad, no sólo por la intromisión de la luz en los pensamientos, que actúa a veces como una gran estrella que nubla el brillo de las ideas propias, sino también porque el comienzo se aproximaba. Al partir el nuevo año la cosa seria totalmente distinta, no podía seguir siendo modelada en su mente puesto que ahora, efectivamente, estaría ocurriendo. Cuando el gran mecanismo de la vida y la rutina comienza a andar ya no sólo se necesita una voluntad o un sueño para moldearlo. Seguía barajando las cartas.
Los rayos de luz empiezan a asomar tras las montañas, la tranquilidad poco a poco se va y la tierra comienza a poblarse de los iguales, de la rutina, de los movimientos presurosos...ya no queda tiempo para pensar. La noche siguiente habrá que descansar, para que el comienzo de lo que tanto planifico no sea con ojeras y desgano, comenzar una actividad con tedio puede predisponer las cosas para que los objetivos no se cumplan.
La baraja finalmente puede volver a su caja, ha terminado su trabajo por ese día (más bien, esa noche) ahora puede descansar, tal como su dueño, mientras el resto comienza a abandonar su descanso. Los planes pueden o no cumplirse, al final la baraja le enseñò que lo importante era disfrutar lo que ocurriese.
lunes, 18 de marzo de 2013
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