viernes, 7 de agosto de 2020

London Calling

 Londres, 12 de Julio de 2018. Había soñado años con este momento, con esta experiencia, con estos nervios. Ya llevaba varios días en Europa y su último embarque fue en Valencia la madrugada anterior. Había llegado al aeropuerto varias horas antes de lo necesario en un manto de dudas, miedo y culpa...mucha culpa. Conectó en Madrid y finalmente llegó a esta posición.

Camina por el interior de Heathrow maravillado, mira el suelo, entra al baño, graba la manga...feliz. Llega a la fila de la aduana y no se pone nervioso, como nunca. El oficial lo interroga en inglés, y él responde tranquilo y feliz, como nunca. Cruza eso y camina por un túnel. A un costado ve a los vendedores del Heathrow Express, compra un ida y vuelta. Sale al hall principal del aeropuerto, cambia euros por libras y se dirige a tomar el tren. 

Se sube. Ya está. Ahora sí. Tranquilidad absoluta, felicidad, viviendo el sueño. Luego de un viaje de media hora, el tren se detiene en la estación de Paddington. Al bajar del tren le cae todo encima, quiere llorar pero no puede, no hay tiempo. Hay que guardar todo: la sensación del suelo, el ruido ambiente, el olor, los sentimientos, la vista...todo. Camina raudo por el andén, sale de la estación, camina por London St y dobla a la izquierda en Norfolk Square. Check in. Le ofrecen bajar a tomarse un té mientras su habitación está lista. Ya está. Ahora sí.

Descansa un rato y sale a conocer. Toma el tube y se baja en Picadilly Circus, se agobia, quiere llorar, no sabe qué hacer. Camina por el barrio chino y llega a Leicester Square. "¿Qué hago ahora?" Busca un fish and chips, y encuentra un patio afuera de una iglesia donde se sienta y come. Está en Londres.

"¿Y ahora?" El río, por supuesto. Camina zigzagueando hacia el Támesis, recorre su rivera, cruza el Millenium bridge, ve el Big Ben, London Eye, Tower Bridge. Cansancio.

Vuelve al metro para irse al hotel. Una cerveza en el pub, minimarket para comprar algo para comer, caminata por el Hyde Park. Ya está, a descansar, demasiado por hoy. No puede más, ha pasado de la ansiedad, a la felicidad, al desconsuelo y de vuelta a la felicidad. Hay que dormir. Primero mira por su ventana, siente la vibra, el olor, el ruido. Deja la tele prendida en la BBC y se dispone a dormir. "Esto es...no necesito nada más que esto".

Mañana otra historia.

Cuarentena I

Agobiado. La cuarentena ha caído cual roca sobre su alma que ya soportaba mucho peso. No encuentra salida, todo le molesta, su cabeza dejó de ser fuerte y se está volviendo viejo. Hay gente que no pasa un día sin entristecerse, él no ha pasado un día completo contento hace meses. La vida desperdiciada lo persigue a pesar de que saber que lo mejor que se puede hacer es corregir hacia el futuro. "¿Es realmente posible hacer de la vida lo que uno quiere? ¿Vale la pena seguir? ¿Para qué?"

Hasta ahora la contención es la tele y la cerveza, ni siquiera la música logra darle felicidad como antes lo hacía. El esfuerzo lo encausa completamente a hacerle creer a su mente que hay un mejor futuro. "Todo pasa, todo pasa...nada es para siempre", se repite a sí mismo. A veces resulta, a veces no.

Al menos volvió a escribir. Al principio le cuesta, pero rápidamente se da cuenta que lo mejor es simplemente dejar que los dedos recorran el teclado sin mirar atrás. "Lo importante es agarrar ritmo, esto me va a hacer bien". Por él ojalá sea así.

Lo peor es que ha visualizado el escenario sin cuarentena y tampoco le dan tantas ganas de vivirlo. "¿Qué voy a hacer? ¿Alguna vez voy a poder hacer realmente lo que yo quiero o voy a vivir siempre añorando el tiempo que ya perdí?"

Paradójicamente la mayor tranquilidad viene de saber que está en control de la situación. "Cuando uno no quiere más, se apaga y listo".

jueves, 27 de octubre de 2016

Visiones

Manotea el vacío para encontrar el interruptor de la lámpara en la mesita de luz, como que va moldeando el espacio mientras tantea torpemente la nada. Finalmente encuentra la lámpara, baja por el cuello y hace clik en el botón. Se hizo la luz. Siguiente paso: situarse en el tiempo, lo hace mirando el teléfono, 5am.

Pensaba que ya lo había superado pero no, despierta agitado como tantas veces el último año, pulso acelerado, sudoroso, angustiado, sintiéndose rodeado de entes que no logra racionalizar ni tampoco ver. La situación es tan desgastante que espera deseoso que sean las 7 para levantarse al trabajo y descansar...sí, aunque suene ridículo, ahí descansa.

"¿Hasta cuándo la puta madre?"

"¿Será que el descanso eterno es el único descanso?"

Siempre quiso vivir tipo músico de rock antiguo, bien a la mierda, bien desgastado, bien estropajo...al parecer está logrando sus objetivos de la forma menos glamorosa posible.

Va a terminar queriendo esas visiones, es la única forma de sobrellevarlo parece, al menos no está sólo con él mismo. Eso sí sería terrible.

domingo, 3 de abril de 2016

Feliz

Qué ganas de estar contento, de no darme cuenta de nada, de hacer como si todo fluyera. Maldita sea la capacidad de cuestionar, de analizar, de ver, de ser...maldita sea porque no nos deja vivir, al tenernos al tanto de que no vivimos.
¿Por qué sencillamente un día no se nos apaga la conciencia?. Así todo sería más fácil, la vida simplemente transcurriría, no habría opción de darnos cuenta del daño que nos han hecho, del que nos hacemos nosotros mismos, del que le hacemos a los demás.
¿Cómo seguir adelante?. Seguir haciéndose el estúpido ya no es una opción, la sensación de desamparo es demasiado intensa, hay que necesariamente cambiar el rumbo, pero cómo hacerlo no es claro, de hecho es claro que en este momento es imposible.

Vivir por vivir, ese es el problema ahora, la vida debe ser vivida y no solo transitada. Más de 20 años a la mierda, al "divino botón" como se dice al otro lado del cerro. Más de 20 años siempre pensando que el próximo año sí que empiezo a hacer lo que quiero, el próximo año sí que voy al gimnasio, el próximo año sí que me tomo el estudio con calma, el próximo año sí que leo todos los libros que me gustan, el próximo año sí que me dedico a ser feliz.

El problema es que nunca llega el dichoso próximo año, y mientras lo sigo esperando, se me va carcomiendo el alma y el espíritu con la mierda en la que me veo sumergido por mi propia poca determinación a buscar la felicidad.

Al final capaz que lo que me molesta es ser un cobarde, es ser incapaz de vivir mi vida en lugar de vivir la proyección de mi vida sobre el espacio de lo tradicional. Quiero gritar, mandar todo al carajo, a todos, llorar, reírme, emborracharme, sentir, emocionarme. Como no puedo hacerlo porque no quiero poder, la conciencia me mata. No es la conciencia de todo lo que me afecta, sino que la conciencia de que no hago nada por afrontar todo lo que me afecta.

Me considero inteligente, no mucho pero sí algo, y desde este punto de vista no entiendo cómo hicieron los tipos realmente brillantes de la historia para no suicidarse. Cómo lograron calmar su sed de cambio, cómo dominaron su espíritu. Me encantaría conversar con algunos para pedirle consejo, que me aconsejen cómo volver a ser feliz y sensible.

Por ahora me voy a quedar en divagaciones, como siempre. Pero me prometo a mí mismo, y a las almas en pena que hayan llegado a leer esta línea, que todo va a cambiar...ya no aguanto más, o me voy yo o se van ellos, pero así no podemos seguir, mis miedos y yo vamos a dejar de transitar el mismo camino. Voy a ser valiente, determinado, o estúpido, pero algo seré, algo haré para salir de aquí.

sábado, 26 de diciembre de 2015

El Éxito

¿Cómo entendemos el concepto de éxito?. Un buen primer approach es mirar en el diccionario de la RAE cuál es la definición forma de la palabra.

1. m. Resultado feliz de un negocio, actuación, etc.


2. m. Buena aceptación que tiene alguien o algo.

3. m. p. us. Fin o terminación de un negocio o asunto. 



Eso por un lado, pero por otro, creo que el éxito se entiende de forma distinta en la sociedad. La impresión que me da, es que se piensa el éxito como un estado al cual se puede aspirar, y en el que se puede estar de forma permanente. Se habla de "personas exitosas" como aquellas que ostentan una buena posición social (usualmente determinada ridículamente por las riquezas que poseen), o aquellas que han conseguido triunfar algunas veces en la vida.
Creo que el éxito comprendido así no existe. A pesar de solo haber vivido un cuarto de siglo (es de cierta forma reconfortante decir "solo un cuarto de siglo"), y no tener la experiencia que la vejez entrega, creo que en la vida se pierde mucho más de lo que se gana, por lo que mal podríamos hablar de "ser" exitosos. Más que un estado al que se pueda llegar, el éxito ocurre en ciertos aspectos y momentos puntuales de la existencia. 

Esto último le da una nueva dimensión al análisis, ya que el ser humano es un ente complejo, con múltiples capas, facetas, áreas de desarrollo. Luego, encasillarlo como exitoso o fracasado, por el solo hecho de conseguir - o no - ciertos objetivos en algunas aristas particulares de su desarrollo parece, al menos, insensato. 

La definición que provee la RAE creo que tiene más sentido, ya que las tres acepciones exhiben al éxito como un hecho puntual, una culminación de un proceso o algo más complejo, y no como un estado permanente al que se puede anhelar.

La idea de escribir un breve comentario sobre este tema nació por lo nefasto que encuentro el concepto o la idea de ser un "tipo exitoso", nunca he entendido qué significa eso, a qué apunta, qué se pretende con eso. Mucho más valorable es tratar de ser un tipo feliz, creo yo. Si los caminos de la vida (perdón Vicentico) lo llevan a uno a alcanzar resultados deseados, es un detalle del proceso. Lo que debe quedar es el proceso, el camino, ser consistente con lo que uno cree correcto, etc.

Me gustaría ahondar más en este tema, lo voy a dejar anotado en mi libreta de cosas por hacer, que aun es una libreta imaginaría dado que el calor y la modorra no me permiten salir a comprar una real.

Pascua Feliz.