viernes, 19 de agosto de 2011

El futuro no es ninguno, de los prometidos en los 12 Juegos.

Tal como la entrada anterior, usé una canción para darle título a la entrada, pero no es cualquier canción, es el himno que representa todo lo malo del sistema educacional chileno, El Baile de los que sobranCreo que el tema que trataré no necesita mayor introducción, voy a hablar sobre el conflicto educacional, no desde una perspectiva técnica, para ello me parece que hay mejor material y argumentos que los que yo podría exponer aquí, para muestra el siguiente link a 10 columnas de Fernando Atria sobre mitos comunes en la educación: 10 Lugares comunes sobre la educación chilena.
Voy a abordar esta entrada desde una perspectiva casi totalmente sentimental, quizás no aparezca ningún argumento técnico pero no me importa (ya habrá tiempo en otra entrada para eso), el tema exige ser pasional tanto como técnico y racional.

Para comenzar un breve y obvio diagnostico de la educación chilena. Tenemos un sistema que excluye, casi inexorablemente, a los más pobres y a los más desfavorecidos, que los deja pateando piedras como dicen Los Prisioneros y parece que no nos importa en absoluto. Estudiar en la educación pública básica y media es casi condenarse a no ser que se estudie en un liceo emblemático o algunos otros casos especiales. La educación es la base sobre la que se construyen los pueblos y las sociedades, ningún país que aspire a ser considerado desarrollado puede tener un sistema educacional tan efectivo para segregar clases sociales y destruir futuros como el chileno.
No puede ser aceptable que cuando un estudiante que viene de una familia pobre logra entrar a la universidad sea considerado una sorpresa suficiente como para hacer un reportaje televisivo, simplemente no es concebible. Debería darnos vergüenza que este hecho constituya una hazaña dado que esto es justamente lo que se espera de la educación. La educación DEBE ser el motor para aspirar a una mejor calidad de vida y una mejor sociedad. La educación debe ser la forma de darle un poco de justicia y devolverle la mano al niño que nació en un entorno que no eligió, debe constituir al menos una herramienta para quebrar el destino que le fue impuesto antes de nacer.
 El sistema chileno hace justamente lo contrario. Los municipios más pobres y con mayores problemas sociales como delincuencia o drogadicción tienen peor educación pública dado que son estas mismas municipalidades sin recursos las que deben sostener sus colegios. Entonces para la gente más necesitada y con mayores carencias tenemos disponible la peor educación, y ni hablar de ir a un colegio privado, ni siquiera se tiene opción, un niño que nació pobre está casi condenado a tener mala educación básica . Desde ahí el asunto ya se puso jodido, mala educación básica implica no poder acceder a una buena educación media dado que los mecanismos de selección de los buenos liceos se basan en el conocimiento adquirido antes.
Esta rápida y obvia radiografía de nuestra educación ya debería bastar para tener hordas de gente de cabeza tratando de solucionar el problema, pero parece que los políticos y gobernantes no lo creen así, hay cosas más importantes para ellos. El estado debe velar por el bien de sus ciudadanos y no al revés.

En un país que genera tan bien riqueza y que la distribuye tan mal como Chile se necesita tener un sistema tributario que trate de empatar la cancha al menos en educación, que los más ricos puedan ayudar a emparejar la situación con un poco de solidaridad tributaria. En este país tenemos gente con ingresos comparables a los de Noruega y otros comparables a los de Uganda, el promedio nos deja un número suficientemente bueno para creernos los jaguares de Sudamérica pero claramente estamos lejos de serlo. Nadie está pidiendo que con el dinero de los ricos le demos casa y auto a los más pobres o que expropiemos sus terrenos, sólo se pide que los más adinerados puedan poner un poco más para darle la herramienta básica para surgir a los más necesitados, la educación de calidad.

Es imperioso que el Estado, y no las municipalidades, sea quien se haga cargo de la educación básica y media. Para asegurar una distribución justa y equitativa de recursos a cada establecimiento y en consecuencia a cada alumno. Otro punto importante es terminar con el "fin de lucro" en los colegios, no puede ser que existan establecimientos que sólo permitan correr el agua de los baños dos veces al día para abaratar costos y así tener mayores utilidades. No puede ser que al final del año un colegio con grandes utilidades piense que lo hizo bien independiente de la calidad de educación que entregó. Que no haya fines de lucro no quiere decir que alguien que ponga un colegio deba hacerlo por nada, es justo que reciba una retribución pues está haciendo un bien a la sociedad, el punto que es que no debe ser su ideal el forrarse de dinero haciéndolo.

El caso de la educación superior constituye un negociado inaceptable con los recursos de todos los chilenos. Tenemos un montón de universidades privadas con fines de lucro (aunque la ley no lo permite, pero a quien le importa la ley) que le venden humo a miles de jóvenes, les prometen que entrando en sus aulas accederán a una vida maravillosa y que el camino universitario es el camino al éxito, Falso!. Estas paupérrimas "universidades" invierten millones en publicidad para atraer a la gente con menos percepción de calidad, que es justamente la gente más pobre, la que tuvo que lidiar con una calidad aberrante de educación básica y media. La idea es que lleguen alumnos beneficiados con créditos o becas (así entra dinero a la universidad), darles en bandeja 2 o 3 años de carrera para entusiasmarlos y que paguen su matrícula, y luego "rajarlos" y echarlos a la calle (este proceso se podría incluso ver acelerado si el estudiante no tiene crédito y no puede pagar por su cuenta). El alumno queda con la deuda por el crédito pero a la universidad no le interesa pues ya recibió su pagó y vendrán nuevos estudiantes en el futuro. Un ejemplo característico de esto es la Universidad de Phoenix en EEUU con un 9% de titulación.
Una "universidad" (da urticaria tener que llamar así a instituciones de esa calaña) con fines de lucro NO puede recibir aportes fiscales de ningún tipo. En Chile se debe comenzar por fiscalizar y enjuiciar a los delincuentes que han infringido la ley y luego acabar con el lucro para siempre en la educación. Gracias al rentable negocio de la enseñanza tenemos hordas de instituciones que venden humo, juegan con los sueños de la gente y los dejan endeudados y sin el ansiado título universitario que les daría el acceso el paraíso, es simplemente inaceptable. 

En mi opinión la educación pública debe ser gratuita, el gran argumento de los políticos es que esto es inviable económicamente y que es una "locura" o una "utopía". No he hecho la matemática pero pienso que con una reforma tributaria (y con la obvia fiscalización para que no se evadan impuestos) que obligue a los más ricos y a las empresas a poner más que los más pobres, además de establecer un impuesto real a las mineras extranjeras del cobre, se puede alcanzar el ansiado sueño de educación fiscal gratuita y de calidad, o al menos digna y que no sean 12 años de juegos, como dicen Los Prisioneros.

Este es el momento en que se ha estado más cerca de cambiar el sistema educacional, puede ser que se pierda un año académico, pero quizás gracias a eso hacemos que mucha más gente no desperdicie 12 o más en un sistema educacional que no le servirá de nada. No sirven más medidas para mejorar el sistema actual. Lo que tenemos ahora es un edificio con los cimientos mal hechos, por mucho que parchemos o pintemos las murallas, el edificio tarde o temprano caerá. Lo peor es que es casi una certeza, pero aún así parece que a muchos no les importa. Puede ser que seamos la generación de las utopías o un montón de inútiles subversivos, quizás es sólo el impulso de los jóvenes, pero lo que es innegable es el sentimiento de que la educación debe ser un derecho para toda la población, nadie debe quedar excluido de poder educarse dignamente por el sólo hecho de tener una determinada condición social. Para lograr esto es necesario reformar el sistema chileno desde las bases, no importa cuanto tiempo tome, hay que empezar en algún momento y por qué no ahora.

Adelante todos nosotros, los estudiantes chilenos, adelante por un futuro mejor y por un sistema educacional que no deje compatriotas pateando piedras y sin el futuro prometido en los 12 años de juegos, que no los deje bailando el baile de los que sobran.

"Y para qué?...para terminar bailando y pateando piedras..." 








domingo, 7 de agosto de 2011

"Where everything was as fresh as the bright blue sky"

Hace mucho tiempo que no escribía en el blog, a pesar de estar en paro indefinido en la facultad por el conflicto estudiantil y tener tiempo libre a causa de eso, he estado un poco flojo. Por alguna razón hoy fue un día particularmente nostálgico (en verdad ayer, pues ya son más de las 12 de la noche), le busqué justificación pero no la encontré, puede ser por eso o por la casualidad cósmica que escuché esa gran canción de los guns`n roses que me ayudó a darle título a esta entrada. Me motivé a escribir del pasado, no del histórico ni cultural, sino del propio, la idea es ver si ese dicho "todo tiempo pasado fue mejor" es tan cierto. Hasta este momento no lo comparto, quizás al terminar la entrada cambie de opinión.

Dado que el presente es "instantáneo", o sea que lo único presente es la milésima de segundo actual (ahora ya es pasado =(  ), podemos dividir todo en pasado y futuro, ya que el presente propiamente tal no es cuantificable, no lo suficiente para analizarlo. 
A partir de todo esto se me ocurre una primera dimensión de análisis del asunto, la inconsciente. Probablemente el pasado tenga mejor fama que el futuro dentro de nosotros porque obviamente es más fácil obtener buenas sensaciones y recuerdos desde ahí que de un futuro que no hemos vivido aún; del futuro sólo tenemos expectativas, nada concreto de donde aferrarnos, a pesar de la seguridad que podamos tener sobre cómo será no es nuestra seguridad lo que lo determinará. Visto así, el pasado parte con ventaja inconsciente, a pesar de los malos recuerdos que viven en él, siempre podemos sacar otros buenos que son tangibles y reales, aislando los malos. Otra forma rápida de acercase al tema es pensar que la aceptación o no de esa frase depende de las expectativas de vida de cada persona y su esperanza en el futuro, supongo que naturalmente una persona muy mayor o muy enferma no confiará demasiado en lo que viene y preferirá pensar en lo que ya pasó.

Otro vista más fría puede estar relacionada a la infancia. En general (hay muchos casos en que no es de esta forma), la niñez es el momento más feliz de la vida, donde no hay responsabilidades, donde los padres viven, aún más, para uno. Es donde las ilusiones existen y son parte de la vida, los reyes magos, santa claus, el conejito de pascua, el ratoncito de los dientes,etc. En la niñez no tenemos deudas, no sabemos que la gente se muere de hambre en el mundo, no tenemos que tener una carrera universitaria ni un trabajo, no sabemos que hay políticos que "dirigen" nuestra vida, no tenemos que desconfiar de la gente, y no sabemos que esas ilusiones como santa claus  son a veces generadas con el único afán de ganar algo, sólo vivimos la vida; y toda la niñez vive en nuestros recuerdos, es parte del pasado. Si lo pensamos, es casi injusto para el pobre futuro tener que competir contra tan noble y fuerte rival que se aloja en nosotros.  

En este momento cabe preguntarse si habrá en nuestra mente algo que sea un punto a favor para el alicaído futuro. Como lo mencioné antes, ahí mismo dentro de nosotros están los recuerdos negativos y creo que ahí los aliados del futuro son los eventos traumáticos que nos toca vivir. Los divorcios, las peleas familiares, las muertes de seres queridos o las decepciones amorosas son los momentos en que las personas sienten que "tocaron fondo", esa expresión lo dice todo, es sentir: A partir de aquí todo suma porque no puedo estar más mal. O sea el futuro tiene todas las de ganar contra el pasado. 
En este punto ya es posible darse cuenta de algo. Una opción para poder tener mejor estima del futuro que del pasado sería rememorar cosas que nos hicieron daño y esto, a pesar del gusto masoquista de algunas personas, no es una actividad común (ni sana) para la gente por razones obvias. ¿Para qué hacernos daño más de una vez con una situación que quedó atrás?. Esto ya deja al futuro con pocas chances, para quererlo más a él que al pasado, una forma es recordar cosas que no queremos o sentir que estamos en el fondo de un pozo. El gran y obvio "pero" es que el costo de hacer esto podría ser más que el beneficio de querer más al futuro.  
  
Otro aspecto para estudiar es pensar en una época de los recuerdos que podría favorecer a uno u otro competidor, la adolescencia. Es sabido por todos que es una edad complicada, la edad donde se forma el carácter y se define la personalidad; cualquier estímulo aquí es recibo e interiorizado por las personas, pudiendo afectarlas de cualquier forma. Dicho de otra manera, incluso el tener una adolescencia con bullying o sin él, con un primer amor correspondido o no, con un primer beso lindo o feo, etc; puede determinar la personalidad y visión de la realidad de una persona para siempre. Malas experiencias aquí pueden dejar una huella suficiente como para que las personas valoren siempre más el futuro que el pasado, o al revés. La adolescencia es un proceso caótico, esto es, depende fuertemente de las condiciones en que se lleva a cabo el experimento (varía según cada persona), por lo mismo es muy difícil estudiarlo.

Buscando en el corazón se puede encontrar un punto derechamente para el futuro, el amor a lo desconocido, la rebeldía y la libertad. Personalmente (esto da para otra entrada completa) creo que los seres humanos no somos animales para vivir de la forma que lo hacemos, sujetos a tantas reglas y formalidades, estructuras familiares definidas por alguien en un "olimpo intelectual"(?), como las formas de unirse "para toda la vida" (¿Cómo alguien podría garantizar, incluso a si mismo, responsable y racionalmente, querer estar con una misma persona para siempre?). Todos tenemos dentro la llama de la aventura, más o menos prendida según cada uno. Valorar lo desconocido y no temerle, es valorar el futuro, pensar que siempre tendremos la posibilidad de mejorar lo que hemos vivido, confiar en nuestra propia capacidad de moldear nuestra realidad. Armar planes que no sean sólo un sueño y vivirlos. He aquí el gran aliado de ver al futuro con mejores ojos que al pasado, el corazón. Si lo pensamos era esperable, confiar en el futuro no es un acto racional, puesto que no tenemos métodos fiables para asegurar que será de la forma que esperamos, y al no ser racional esta concepción no podía vivir en nuestra mente, necesitaba un lugar con más fuego que análisis.  

La frase dice "Todo tiempo pasado fue mejor". Determinar la veracidad o falsedad absoluta de ella no es posible, necesitaríamos estudiar la vida de cada persona a través de toda la eternidad y hacer la estadística, no creo que alguien tenga esa paciencia. Lo que cada uno puede hacer es tomar o dejar esta frase y concebirla como una opinión frente a la vida. Personalmente sigo sin tomarla para mí, no es porque haya pasado malos momentos en mi infancia o adolescencia, de hecho es todo lo contrario, es porque para mí aceptar esa frase es asumir desde ya que no podré mejorar mi futuro, es desconfiar de mí mismo y lo que puedo hacer. Recordar esa frase en los malos momentos es predisponerse a seguir pensando negativamente en el presente (ahora entendiéndose presente como el futuro muy cercano, no como instantáneo). Es más que seguro que muchos querríamos tener una maquina del tiempo para volver a vivir los momentos lindos que dejamos atrás o para cambiar cosas, yo quiero una pero como en la mayoría de las cosas lo mejor quizás sea el justo equilibrio. La combinación entre recordar y disfrutar todo lo bueno que vivimos, y tener suficiente fuego interno como para confiar en que podemos hacerlo mejor en adelante debe ser lo óptimo creo. Es lindo sentarse un rato a pensar en el pasado, pero tal como se dice cuando se enseña historia, tenemos que disfrutar lo bueno de él y aprender de lo malo para no cometer los mismos errores y poder así, construir un mejor futuro.



 EDO.