Tal como la entrada anterior, usé una canción para darle título a la entrada, pero no es cualquier canción, es el himno que representa todo lo malo del sistema educacional chileno, El Baile de los que sobran. Creo que el tema que trataré no necesita mayor introducción, voy a hablar sobre el conflicto educacional, no desde una perspectiva técnica, para ello me parece que hay mejor material y argumentos que los que yo podría exponer aquí, para muestra el siguiente link a 10 columnas de Fernando Atria sobre mitos comunes en la educación: 10 Lugares comunes sobre la educación chilena.
Voy a abordar esta entrada desde una perspectiva casi totalmente sentimental, quizás no aparezca ningún argumento técnico pero no me importa (ya habrá tiempo en otra entrada para eso), el tema exige ser pasional tanto como técnico y racional.
Para comenzar un breve y obvio diagnostico de la educación chilena. Tenemos un sistema que excluye, casi inexorablemente, a los más pobres y a los más desfavorecidos, que los deja pateando piedras como dicen Los Prisioneros y parece que no nos importa en absoluto. Estudiar en la educación pública básica y media es casi condenarse a no ser que se estudie en un liceo emblemático o algunos otros casos especiales. La educación es la base sobre la que se construyen los pueblos y las sociedades, ningún país que aspire a ser considerado desarrollado puede tener un sistema educacional tan efectivo para segregar clases sociales y destruir futuros como el chileno.
No puede ser aceptable que cuando un estudiante que viene de una familia pobre logra entrar a la universidad sea considerado una sorpresa suficiente como para hacer un reportaje televisivo, simplemente no es concebible. Debería darnos vergüenza que este hecho constituya una hazaña dado que esto es justamente lo que se espera de la educación. La educación DEBE ser el motor para aspirar a una mejor calidad de vida y una mejor sociedad. La educación debe ser la forma de darle un poco de justicia y devolverle la mano al niño que nació en un entorno que no eligió, debe constituir al menos una herramienta para quebrar el destino que le fue impuesto antes de nacer.
El sistema chileno hace justamente lo contrario. Los municipios más pobres y con mayores problemas sociales como delincuencia o drogadicción tienen peor educación pública dado que son estas mismas municipalidades sin recursos las que deben sostener sus colegios. Entonces para la gente más necesitada y con mayores carencias tenemos disponible la peor educación, y ni hablar de ir a un colegio privado, ni siquiera se tiene opción, un niño que nació pobre está casi condenado a tener mala educación básica . Desde ahí el asunto ya se puso jodido, mala educación básica implica no poder acceder a una buena educación media dado que los mecanismos de selección de los buenos liceos se basan en el conocimiento adquirido antes.
Esta rápida y obvia radiografía de nuestra educación ya debería bastar para tener hordas de gente de cabeza tratando de solucionar el problema, pero parece que los políticos y gobernantes no lo creen así, hay cosas más importantes para ellos. El estado debe velar por el bien de sus ciudadanos y no al revés.
En un país que genera tan bien riqueza y que la distribuye tan mal como Chile se necesita tener un sistema tributario que trate de empatar la cancha al menos en educación, que los más ricos puedan ayudar a emparejar la situación con un poco de solidaridad tributaria. En este país tenemos gente con ingresos comparables a los de Noruega y otros comparables a los de Uganda, el promedio nos deja un número suficientemente bueno para creernos los jaguares de Sudamérica pero claramente estamos lejos de serlo. Nadie está pidiendo que con el dinero de los ricos le demos casa y auto a los más pobres o que expropiemos sus terrenos, sólo se pide que los más adinerados puedan poner un poco más para darle la herramienta básica para surgir a los más necesitados, la educación de calidad.
Es imperioso que el Estado, y no las municipalidades, sea quien se haga cargo de la educación básica y media. Para asegurar una distribución justa y equitativa de recursos a cada establecimiento y en consecuencia a cada alumno. Otro punto importante es terminar con el "fin de lucro" en los colegios, no puede ser que existan establecimientos que sólo permitan correr el agua de los baños dos veces al día para abaratar costos y así tener mayores utilidades. No puede ser que al final del año un colegio con grandes utilidades piense que lo hizo bien independiente de la calidad de educación que entregó. Que no haya fines de lucro no quiere decir que alguien que ponga un colegio deba hacerlo por nada, es justo que reciba una retribución pues está haciendo un bien a la sociedad, el punto que es que no debe ser su ideal el forrarse de dinero haciéndolo.
El caso de la educación superior constituye un negociado inaceptable con los recursos de todos los chilenos. Tenemos un montón de universidades privadas con fines de lucro (aunque la ley no lo permite, pero a quien le importa la ley) que le venden humo a miles de jóvenes, les prometen que entrando en sus aulas accederán a una vida maravillosa y que el camino universitario es el camino al éxito, Falso!. Estas paupérrimas "universidades" invierten millones en publicidad para atraer a la gente con menos percepción de calidad, que es justamente la gente más pobre, la que tuvo que lidiar con una calidad aberrante de educación básica y media. La idea es que lleguen alumnos beneficiados con créditos o becas (así entra dinero a la universidad), darles en bandeja 2 o 3 años de carrera para entusiasmarlos y que paguen su matrícula, y luego "rajarlos" y echarlos a la calle (este proceso se podría incluso ver acelerado si el estudiante no tiene crédito y no puede pagar por su cuenta). El alumno queda con la deuda por el crédito pero a la universidad no le interesa pues ya recibió su pagó y vendrán nuevos estudiantes en el futuro. Un ejemplo característico de esto es la Universidad de Phoenix en EEUU con un 9% de titulación.
Una "universidad" (da urticaria tener que llamar así a instituciones de esa calaña) con fines de lucro NO puede recibir aportes fiscales de ningún tipo. En Chile se debe comenzar por fiscalizar y enjuiciar a los delincuentes que han infringido la ley y luego acabar con el lucro para siempre en la educación. Gracias al rentable negocio de la enseñanza tenemos hordas de instituciones que venden humo, juegan con los sueños de la gente y los dejan endeudados y sin el ansiado título universitario que les daría el acceso el paraíso, es simplemente inaceptable.
En mi opinión la educación pública debe ser gratuita, el gran argumento de los políticos es que esto es inviable económicamente y que es una "locura" o una "utopía". No he hecho la matemática pero pienso que con una reforma tributaria (y con la obvia fiscalización para que no se evadan impuestos) que obligue a los más ricos y a las empresas a poner más que los más pobres, además de establecer un impuesto real a las mineras extranjeras del cobre, se puede alcanzar el ansiado sueño de educación fiscal gratuita y de calidad, o al menos digna y que no sean 12 años de juegos, como dicen Los Prisioneros.
Este es el momento en que se ha estado más cerca de cambiar el sistema educacional, puede ser que se pierda un año académico, pero quizás gracias a eso hacemos que mucha más gente no desperdicie 12 o más en un sistema educacional que no le servirá de nada. No sirven más medidas para mejorar el sistema actual. Lo que tenemos ahora es un edificio con los cimientos mal hechos, por mucho que parchemos o pintemos las murallas, el edificio tarde o temprano caerá. Lo peor es que es casi una certeza, pero aún así parece que a muchos no les importa. Puede ser que seamos la generación de las utopías o un montón de inútiles subversivos, quizás es sólo el impulso de los jóvenes, pero lo que es innegable es el sentimiento de que la educación debe ser un derecho para toda la población, nadie debe quedar excluido de poder educarse dignamente por el sólo hecho de tener una determinada condición social. Para lograr esto es necesario reformar el sistema chileno desde las bases, no importa cuanto tiempo tome, hay que empezar en algún momento y por qué no ahora.
Adelante todos nosotros, los estudiantes chilenos, adelante por un futuro mejor y por un sistema educacional que no deje compatriotas pateando piedras y sin el futuro prometido en los 12 años de juegos, que no los deje bailando el baile de los que sobran.
"Y para qué?...para terminar bailando y pateando piedras..."
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