sábado, 26 de diciembre de 2015

El Éxito

¿Cómo entendemos el concepto de éxito?. Un buen primer approach es mirar en el diccionario de la RAE cuál es la definición forma de la palabra.

1. m. Resultado feliz de un negocio, actuación, etc.


2. m. Buena aceptación que tiene alguien o algo.

3. m. p. us. Fin o terminación de un negocio o asunto. 



Eso por un lado, pero por otro, creo que el éxito se entiende de forma distinta en la sociedad. La impresión que me da, es que se piensa el éxito como un estado al cual se puede aspirar, y en el que se puede estar de forma permanente. Se habla de "personas exitosas" como aquellas que ostentan una buena posición social (usualmente determinada ridículamente por las riquezas que poseen), o aquellas que han conseguido triunfar algunas veces en la vida.
Creo que el éxito comprendido así no existe. A pesar de solo haber vivido un cuarto de siglo (es de cierta forma reconfortante decir "solo un cuarto de siglo"), y no tener la experiencia que la vejez entrega, creo que en la vida se pierde mucho más de lo que se gana, por lo que mal podríamos hablar de "ser" exitosos. Más que un estado al que se pueda llegar, el éxito ocurre en ciertos aspectos y momentos puntuales de la existencia. 

Esto último le da una nueva dimensión al análisis, ya que el ser humano es un ente complejo, con múltiples capas, facetas, áreas de desarrollo. Luego, encasillarlo como exitoso o fracasado, por el solo hecho de conseguir - o no - ciertos objetivos en algunas aristas particulares de su desarrollo parece, al menos, insensato. 

La definición que provee la RAE creo que tiene más sentido, ya que las tres acepciones exhiben al éxito como un hecho puntual, una culminación de un proceso o algo más complejo, y no como un estado permanente al que se puede anhelar.

La idea de escribir un breve comentario sobre este tema nació por lo nefasto que encuentro el concepto o la idea de ser un "tipo exitoso", nunca he entendido qué significa eso, a qué apunta, qué se pretende con eso. Mucho más valorable es tratar de ser un tipo feliz, creo yo. Si los caminos de la vida (perdón Vicentico) lo llevan a uno a alcanzar resultados deseados, es un detalle del proceso. Lo que debe quedar es el proceso, el camino, ser consistente con lo que uno cree correcto, etc.

Me gustaría ahondar más en este tema, lo voy a dejar anotado en mi libreta de cosas por hacer, que aun es una libreta imaginaría dado que el calor y la modorra no me permiten salir a comprar una real.

Pascua Feliz.





sábado, 21 de noviembre de 2015

Que difícil ser feliz

No se parece en nada a la sensación que esperaba. La verdad me siento vacío, desorientado, perdido...triste creo que es la buena palabra. "Buena" en un sentido muy "malo" por supuestamente.

Esperaba estar feliz, pleno, lleno de alegría por la meta cumplida; pero no. Ocurrió algo distinto. Efectivamente me saqué de encima una preocupación enorme y por un largo rato estuve contento (no pletórico pero contento). Lamentablemente aquella liberación intelectual le dejó espacio a la mente para que volviera a pensar, después del letargo provocado por el trabajo y estrés, despiadados come-neuronas y sueños.

Ahora volvieron las angustias de antes -algunas de ellas muy a mi pesar- porque pensé que eran temas cerrados. Mi mente, que yo creía tan poderosa, no es capaz de regir mis sentimientos, en ningún sentido...y todo vuelve, los miedos de no vivir como yo quiero.

La imagen ahí presente cada día es la que me come el espíritu. La imagen de lo que podría ser y no soy, de las decisiones que podría tomar y no tomo, de los huevos que podría tener y no tengo, del ser humano que me gustaría ser y nunca seré..por cagón. Dicen que una virtud del ser humano es que cambia con el tiempo, eso lo hace especial de cierta forma. Me gustaría a mi ser humano en ese sentido, y cambiar y volar y vivir.

No me acuerdo si lo dije aquí antes o lo pensé solamente, pero qué fácil debe ser el ser feliz cuando no se piensa en nada.

sábado, 4 de abril de 2015

Los ojos

Los ojos, ventana del alma. Se pregunta ahora si esa frase la inventó o la escuchó/leyó por ahí. Seguramente debe ser de alguien más ya que nunca se le ocurre nada bueno, y en este momento esa frase le parece muy buena. 

Toda la vida siempre luchó por lograr lo que al final todo el mundo quiere, poder expresarse genuinamente. Como todo el resto de sus planes, fracasó. Quiso escribir, hacer música, pintar, jugar fútbol...y así un largo etcétera. Nunca le resultó nada así que se fue por el camino clásico de quien pasa por el mundo sin dejar huella: se metió a estudiar una carrera estándar a la universidad, la terminó y empezó a trabajar en algo que no le interesaba en lo más mínimo ni le llenaba el espíritu de ninguna forma.

Así se le fueron varios años, compartió con amigos que no quería, se casó con una mujer que no amaba y tuvo hijos que no quiso. Siempre anhelando poder un día despertar con la suficiente valentía para mandar todo a la mierda y comenzar a vivir. Siempre armando fría y calculadamente su plan para salir del mundo común y corriente, y "hacer algo". Siempre imaginándose como un escritor, un bohemio, un músico, un ser vivo al fin de cuentas. 

Intentos tuvo, no se crean que nuestro héroe nunca juntó el valor necesario. Trató de escribir una novela, agarró un vuelo impresionante al principio, se desgarró la creatividad del alma y llegó al no despreciable número de 10 páginas escritas...ahí se bloqueó y no siguió más. Lejos de desanimarse por esa experiencia fallida, pensó que quizás era mejor partir poniéndose metas más modestas pero igualmente desafiantes: "Partamos por escribir cuentos" se dijo. Mismo resultado a distinta escala.

Una semana atrás tomó la decisión, ya sabía qué era lo único que podía hacer en su vida para sentirse valiente o decidido. Pasó los días planeando bien todo y finalmente llegado el momento lo hizo, saltó directo a las vías.

Ahora mientras mira desde arriba como la gente se acerca a ese cuerpo inerte, piensa lo curioso de sentir que por fin pudo expresarse, gritar, decidirse, hacer algo. Logró...no, mejor dicho aun logra mientras la gente se reúne, expresar algo, a pesar de tener los ojos cerrados. Siempre pensó que los ojos eran la forma más pura de expresión, ahora se da cuenta que no, no los necesitaba.


domingo, 1 de febrero de 2015

Buscándose

Todo era oscuro, el letargo lo tenía consumido hace días, no daba más. Cuando se ponía a pensar se daba cuenta de que lo que en verdad lo consumía era esa sensación...no, mejor dicho esa condición profundamente animal que caracterizaba su ser en el último tiempo. 

Su vivir se resumía a despertar a cualquier hora, hacer un escrutinio del espacio que lo rodeaba sin mayor propósito que el de asegurarse de seguir vivo, comer algo, sentarse en la ventana mirando el horizonte y divagar sobre absolutamente nada en particular, dormir la siesta, despertar en la noche, emborracharse y escuchar música mientras escribe algo carente de talento que gracias a algún Dios ocioso  probablemente nunca verá la luz del sol. Los días se le iban así: perdidos, vacíos, animales.

Los momentos que tenía de lucidez se le hacían insoportables pues le servían únicamente para darse cuenta del estado en que se encontraba. Anhelaba aquellos días donde era brillantemente creativo, cuando se sentía motivado a llevarse el mundo por delante. Ahora no encontraba la razón por la que pelear, el punto de partida por el cual luchar era una construcción inalcanzable para su diezmado espíritu.

¿Qué hacer?

Hace algunos años, cuando aun era él, había reflexionado un montón sobre este tipo de procesos, digamos "la decadencia del ser". Por supuesto en esa época, desde su mirada artística de la vida, este estado del alma parecía mucho más poético, romántico y épico de lo que verdaderamente era. Él se había preparado, durante esas reflexiones, para sobrellevar una potencial decadencia de su alma sólo con el glamour del alcohol y las drogas, como buen rockero.

Nada más alejado de la realidad. Su depresión auto prescrita la vivía sin el más mínimo rastro de poesía callejera. Era polvo. Los sueños de siempre parecían tan lejanos que era preferible abandonar la empresa de hacerlos realidad para así evitar frustraciones. Objetivos y sueños de lado, a lo único que se podía aferrar como ser humano era al valor intrínseco de la cotidianidad, pero eso tampoco lo tenía ya que se sentía un animal. 

Finalmente un día se plantó se dijo a sí mismo: "Lo que tengo que hacer es buscarme, definirme de nuevo, re nacer como alguien con nuevos intereses". (Cómo se puede apreciar, realmente le venía bien la épica al voleo a nuestro amigo). Así estuvo, días re inventándose desde lo más profundo de la condición humana para concluir en un cuadro de rotundo éxito para su persona: Empastillado hasta la médula y durmiendo para siempre al fondo de esa tina de mierda llena de agua...