sábado, 4 de abril de 2015

Los ojos

Los ojos, ventana del alma. Se pregunta ahora si esa frase la inventó o la escuchó/leyó por ahí. Seguramente debe ser de alguien más ya que nunca se le ocurre nada bueno, y en este momento esa frase le parece muy buena. 

Toda la vida siempre luchó por lograr lo que al final todo el mundo quiere, poder expresarse genuinamente. Como todo el resto de sus planes, fracasó. Quiso escribir, hacer música, pintar, jugar fútbol...y así un largo etcétera. Nunca le resultó nada así que se fue por el camino clásico de quien pasa por el mundo sin dejar huella: se metió a estudiar una carrera estándar a la universidad, la terminó y empezó a trabajar en algo que no le interesaba en lo más mínimo ni le llenaba el espíritu de ninguna forma.

Así se le fueron varios años, compartió con amigos que no quería, se casó con una mujer que no amaba y tuvo hijos que no quiso. Siempre anhelando poder un día despertar con la suficiente valentía para mandar todo a la mierda y comenzar a vivir. Siempre armando fría y calculadamente su plan para salir del mundo común y corriente, y "hacer algo". Siempre imaginándose como un escritor, un bohemio, un músico, un ser vivo al fin de cuentas. 

Intentos tuvo, no se crean que nuestro héroe nunca juntó el valor necesario. Trató de escribir una novela, agarró un vuelo impresionante al principio, se desgarró la creatividad del alma y llegó al no despreciable número de 10 páginas escritas...ahí se bloqueó y no siguió más. Lejos de desanimarse por esa experiencia fallida, pensó que quizás era mejor partir poniéndose metas más modestas pero igualmente desafiantes: "Partamos por escribir cuentos" se dijo. Mismo resultado a distinta escala.

Una semana atrás tomó la decisión, ya sabía qué era lo único que podía hacer en su vida para sentirse valiente o decidido. Pasó los días planeando bien todo y finalmente llegado el momento lo hizo, saltó directo a las vías.

Ahora mientras mira desde arriba como la gente se acerca a ese cuerpo inerte, piensa lo curioso de sentir que por fin pudo expresarse, gritar, decidirse, hacer algo. Logró...no, mejor dicho aun logra mientras la gente se reúne, expresar algo, a pesar de tener los ojos cerrados. Siempre pensó que los ojos eran la forma más pura de expresión, ahora se da cuenta que no, no los necesitaba.


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