sábado, 27 de marzo de 2010

¿Riqueza o Sabiduría?











Hace mucho tiempo que tenía ganas de escribir sobre este tema, pero siempre me detenía la sensación de que la respuesta a la pregunta que planteo en el titulo era trivial. Pensaba que el cuestionamiento era casi estúpido para la mayoría de la gente y que no necesitaba una meditación muy profunda. Pero algo esta semana hizo que me diera cuenta que hay personas que defienden el "otro" punto de vista con mucha pasión, el que yo creía que nadie elegiría. Esto me terminó de motivar y decidí escribir sobre esto.

Qué pasaría si en algún momento de nuestra vida llegásemos a una bifurcación como la que se plantea en el titulo. Es obvio que lo ideal sería poder alcanzar los dos estados en paralelo, pero ese caso es aburrido de analizar. Lo interesante viene cuando se piensa que se puede escoger uno sólo de esos caminos para seguir en la vida, cuando pensamos que son casi excluyentes. Habrá que analizar objetivamente los pro y contras de cada opción, pero también juega mucho la personalidad, el carácter, el criterio, el pasado y la forma de ver la vida de cada persona, es justamente este elemento de subjetividad el que hace que la pregunta sea interesante.

Para respetar el orden alfabético del titulo, comienzo con la riqueza. Lo primero que relaciono con la riqueza es alcanzar el estilo de vida que cada persona sueña, desde vivir relajado en una isla paradisíaca hasta vivir el lujo máximo de hoteles, casinos, aviones y demás. Pero la riqueza trae consigo otras cosas "buenas", lo pongo entre comillas porque estas cosas son positivas para la persona que posee riqueza pero no estoy muy de acuerdo con que ocurran así. Es sabido que la gente más rica es tratada con mucho más respeto que la gente común, este comentario suena resentido o algo así, pero objetivamente creo que es cierto en la mayoría de los casos. En general pienso que la vida se vuelve más disfrutable para las personas que alcanzan una fortuna considerable, dicen que el dinero trae responsabilidades mayores, pero creo que de todas formas el saldo es positivo para las personas más adineradas. La riqueza tiene algunos aspectos negativos que también se deben considerar, con el dinero llegan muchas personas buscando amistad o algo más sólo por interés, esto les debe provocar a las personas ricas algún tipo de inseguridad muy desagradable sobre la gente con la cual se relacionan. Al final, creo que la riqueza entrega la opción de aprovechar y vivir lo que el mundo ha creado (lo bueno y lo malo) como cada cual lo desee, uno podría darse lujos increíbles o tener acceso a lugares y sensaciones únicas, pero por otro lado podría experimentar desilusiones o frustraciones personales tan grandes que no logren otra cosa sino complicar la existencia en demasía. 

En la otra esquina está la sabiduría. La primera consecuencia positiva que se me viene a la cabeza sobre ser sabio, es la seguridad casi absoluta que se tendría con respecto a la vida en general. Siempre se ha dicho que los humanos, en general, le tememos a lo desconocido, luego si no desconociéramos nada reduciríamos casi totalmente nuestros miedos. Pero para mi, el aspecto más cautivador de alcanzar una sabiduría más allá de la norma es la sabiduría per se. El hecho de poder comprender casi totalmente cada cosa que uno se proponga, el tener dominio sobre las ciencias o las artes o el poder ayudar a que la humanidad avance son motivaciones bastante grandes en mi opinión. Pero creo que también hay aspectos negativos en tener esta condición, el manejar tal cantidad de información y comprender casi a la perfección cualquier cosa podría llegar a presionar mucho psicológicamente a una persona a tal punto de volverla loca o algo así. Cómo conclusión, pienso que la sabiduría entregaría una confianza tan grande que haría de la vida algo mucho más fructífero, pero por otro lado, alcanzar un nivel de comprensión y conocimiento tan elevado puede llegar a quitar toda la emoción de vivir, porque siempre se sabrá o al menos intuirá lo que va a ocurrir.

En los párrafos anteriores traté de exponer los que yo considero son los argumentos objetivos que hacen de cada opción más o menos tentadora. Los argumentos subjetivos los debe agregar cada persona, porque dependen sólo de ella misma. Ahora bien, creo que no se puede lograr ni la riqueza ni la sabiduría absoluta, por un lado si la riqueza total del mundo estuviese concentrada en una sola persona lo único que habría sería caos y por otro, cuando vamos sabiendo y comprendiendo más y más, siempre surgen nuevas dudas o cuestionamientos que nos obligan a seguir estudiando o pensando.

En mi caso personal, elijo la sabiduría. Hasta hace algunos días pensaba, tal vez ingenuamente, que esta era la opción de la mayoría, pero no es así. Mis motivos subjetivos se basan en que yo le entrego un valor agregado a alcanzar algo que no todo el mundo podría alcanzar. El dinero está a la mano de cualquier persona que logre hacer un buen negocio o que tenga un golpe de suerte, pero el conocimiento sólo puede ser dominado por algunos pocos, muchos lo buscan pero a la meta llega un porcentaje mínimo, esto es, en mi opinión, lo que le confiere a la sabiduría un valor especial por sobre poseer riqueza. Finalmente, creo que la Riqueza es el camino a "vivir" la vida y la Sabiduría el camino a comprenderla. Lo más probable es que nadie nunca se encuentre en la situación extrema donde le dan a elegir qué camino seguir, pero uno puede tratar de encaminar su vida hacía el que prefiera. Cómo dije en el párrafo anterior, ninguna de las dos se puede alcanzar absolutamente, pero está en cada uno de nosotros saber cual es el camino que nos estregará mayores satisfacciones personales, aún cuando sepamos que, muy probablemente, no consigamos el objetivo final.

Hasta La Próxima!

EDO


viernes, 26 de marzo de 2010

De vuelta a Todo...Todo

Esta semana fue brutal, empezó la universidad de nuevo y eso trajo un montón de situaciones que, después de casi 3 meses de vagancia, parecieron un bombardeo descomunal y despiadado contra mi aletargado razonamiento y mi capacidad de análisis (A pesar de que todos los días sólo debía ir a las clases de la mañana, por ser primera semana).

El lunes comenzó muy bien, un poco de ejercicio físico en la mañana y después de eso la primera clase del año, Probabilidades y Estadística. El profesor cumplió las expectativas, un genio matemático canoso tipo Einstein, con aspecto despreocupado y con tics muy característicos. Toda esta extravagancia está en directa relación con su dominio del tema y su capacidad pedagógica, simplemente una clase excelente. Después de eso una clase de ingles, bastante relajada pero entretenida.

El segundo día de la semana comenzó con una clase de Termodinámica muy "distinta", un profesor con un tono infomercialístico  y una materia que a priori no me resulta muy motivante, espero que eso cambie en el semestre. Después una clase Cálculo Avanzado, el profesor y la materia son bastante regulares y standard, clase entretenida pero no la gran cosa. La última clase del día fue Electromagnetismo, simplemente genial, el profesor (uno de los mejores de la facultad) es capaz de motivar y cautivar sobre la materia que veremos, a pesar de que nos prometió un sistema evaluativo del infierno.

El Miércoles fue el punto de quiebre de la semana, volvió el cuestionamiento de siempre: ¿qué camino seguir?, después de ese día estoy casi convencido de cual es el correcto, el difícil. No quiero una especialidad que sea fácil de entender y que no ponga mayores barreras intelectuales para obtener un titulo universitario. Quiero dedicar estos años de universidad a estudiar materias y temas que sean un desafío importante, que me hagan sentir que siempre se necesita estudiar más, que logren que el sacarse una buena nota sea una tarea titánica, pero que al final sea mucho más gratificante que obtener gloria sin haber dado el mayor esfuerzo. Quizás es la opción tonta, pero es la que se acomoda más a mi forma de ser y por la que he optado hasta ahora en mi vida.

El Jueves y el Viernes fueron académicamete parecidos al Martes y Lunes respectivamente, pero fueron días cargados en lo emocional, tuve que decidir sobre cosas importantes para mi futuro, el tiempo dirá si fue bueno o malo, pero al menos fue consecuente con mi forma de ver la vida.

Quizás en esta entrada no hablo sobre algún tema que de mucho para pensar, pero sentí la necesidad de escribir sobre esta semana, en ningún caso pretendo que este blog se convierta en un diario de vida o una vía de desahogo personal, esta entrada puede ser considerada sólo un matiz.


Hasta La Próxima!

EDO

viernes, 12 de marzo de 2010

El Fin Ha Llegado (?)


Cómo la mayoría sabe, desde hace algún tiempo el mundo ha estado obsesionado con determinar una fecha para el fin de la vida cómo la conocemos, le llaman Armagedón, Apocalipsis, Juicio Final, etc. El terremoto ocurrido acá en Chile (y el resto de los sismos ocurridos en varios lugares del globo) sólo ha ayudado a incrementar dentro de las personas este sentimiento de que el final se acerca. Toda esta situación, sumada a la aparición de varios "adivinos" en la televisión y la lluvia de documentales sobre Nostradamus y el 2012 en el cable me motivaron a escribir sobre este tema.

En mi opinión este sentimiento de que el mundo se acabará tiene sus bases en 3 tipos de fundamentos: Científicos, Religiosos y Esotéricos. El uso y mezcla de argumentos venidos de estas 3 corrientes tiene cómo resultado una ensalada de teorías que son "capaces" de predecir incluso la fecha en que todo terminará, el consenso actual es marcar el año 2012 como el elegido.   

En primer lugar me quiero referir a los fundamentos científicos, sobre estos no hay mucho que opinar, son hechos concretos, documentados y tangibles. Es una realidad que las consecuencias del daño que ha acumulado la tierra en muchos años se están haciendo cada vez más perceptibles y que a este ritmo el desequilibrio tarde o temprano será tan grande que ya no podremos hacer nada. La física no perdona, en el mediano-largo plazo el efecto invernadero derretirá los casquetes polares haciendo que el nivel y la temperatura de los océanos suba y producto de esto, muchas ciudades quedarán bajo el mar. Las tormentas y huracanes serán más devastadoras ya que se alimentan de las corrientes cálidas que salen del agua. Las temperaturas serán más extremas, habrá sequías en grandes áreas del planeta y poco a poco el mundo se volverá inhabitable. Luego, desde el punto de vista científico podría haber motivos para alarmarse, pero no en el corto plazo.

El segundo tipo de argumentos son los religiosos. En la biblia cristiana (Libro del Apocalipsis) se habla del momento en que aparezcan los 4 jinetes y comience el fin de una era. Los 7 signos del Apocalipsis preceden la gran batalla que enfrentará al bien contra el mal, a Jesús contra el anticristo, a Dios contra el Diablo. Esta batalla culminará con este último amarrado y arrojado dentro de un pozo sin fondo, y se dará inicio a mil años de paz y reinado del bien, todo esto según la biblia. Lo que hace la gente en la actualidad es tratar de hacer calzar hechos que ocurren en el mundo con los 7 signos, para así tener una idea de más o menos cuando vendrá la "Revelación" (Apocalipsis significa eso). Los terremotos, guerras, tornados, caídas de edificios altos en países del norte o cambios en el clima constituyen, para algunos creyentes, una prueba irrefutable de que la batalla final está cerca y que estamos viviendo el inicio del Apocalipsis. Sin embargo, creo que las personas que basan teorías del fin del mundo en profesias religiosas no son tantos, o sea, la gente que lee la biblia y cree en ella cómo palabra divina, sabe que llegará un punto en que el Apocalipsis comience, pero no creo que lo vean tan cercano cómo un par de años más.

El último tipo de argumentos es quizás el más interesante de evaluar y el que causa más morbo. En esta categoría caen las predicciones apocalípticas de Nostradamus, las predicciones de los Mayas, los adivinos varios, los secretos de Fatima, las venganzas de la Pacha-mama y otras vainas de ese estilo. Salvo por los Mayas (que se supone, entregan una fecha precisa para el fin del mundo) los fundamentos que provienen de lo esotérico se parecen bastante a los religiosos, en el sentido de que buscan encontrar símbolos, signos y mensajes ocultos en el acontecer cotidiano. En el caso de Nostradamus, si bien hay cuartetas escritas por él en que "claramente" se hace referencia a ciertos hechos ocurridos posteriormente en la historia (como por ejemplo las asociadas a Napoleón, Hitler o las guerras), las que supuestamente tienen que ver con el Armagedón no son tan claras, y al igual que con la religión se trata de hacer calzar la actualidad con sus escritos. Por otra parte está la creencia de que la tierra está vengándose por no haberla cuidado, respetado o tratado como corresponde. Sobre esto, creo que es sólo es una mirada diferente de lo que ocurre con el calentamiento global, ya que las condiciones en la tierra son cada vez más incomodas justamente por nuestras acciones, uno puede ver esto como un hecho pachamamístico, o bien cómo un efecto físico normal a causa de nuestro comportamiento. Las teorías que surgen de esta corriente esotérica son las más atractivas para la gente, y curiosamente en las que más creen. Personalmente pienso que esto es así ya que el ser humano tiene un gusto muy particular por las cosas oscuras u ocultas por decirlo de alguna forma. Al igual que la magia, los seres mitológicos o los ovnis, la existencia de personas con una capacidad especial que les permite conocer el futuro puede cautivar a la gente de tal forma que considerarán ley lo que el adivino les diga, y si a esta predisposición le sumamos que el adivino está hablando sobre el fin del mundo, entonces obtenemos una combinación irresistible para las personas. Últimamente lo que se hace en la televisión es tratar de, no sólo vincular la actualidad con las predicciones antiguas, sino que relacionar entre sí a todas las fuentes de argumentos esotéricos, entonces obtenemos similitudes forzadas entre Nostradamus, la Biblia y los mayas, que hacen parecer las teorías absolutamente verídicas, sólidas y bien fundamentadas. Al final lo que se logra con todo esto es darle cada vez más fuerza a pensamientos que, casi siempre, no están basados en nada concreto y alarmar a la gente por nada.

Finalmente, creo que todas las teorías apocalípticas responden a una necesidad de la raza humana de saber como es el fin de la vida, siempre hemos estado locos por conocer cómo empezó todo y cómo terminará. Al igual que en las matemáticas, los extremos de la vida son más interesantes de analizar y estudiar que la vida misma. Para el comienzo de la existencia hay teorías científicas y otras más espirituales, y lo mismo está ocurriendo ahora con el fin de los tiempos. Personalmente confío más en la visión científica del asunto, pienso que los hechos que vivimos actualmente no son más que el resultado de nuestro estilo de vida como humanidad (en cuanto a las guerras, terrorismo, cambio climático, etc) y de procesos geológicos normales y periódicos. No pienso que los terremotos estén señalando el fin del mundo ni que el cambio climático sea la reacción del espíritu de la tierra. 

Lo que es claro en este momento, es que habrá que esperar hasta el famoso 21/12/2012 para comprobar o desmentir todas las teorías existentes, hasta entonces tendremos que aguantar una oleada creciente de información, documentales, películas y teorías que alarmarán a la población más susceptible.

Hasta La Próxima.

EDO


domingo, 7 de marzo de 2010

Que Tranquilidad tan Agradable


Gracias a las artimañas del verano mi horario de sueño se desajustó totalmente, y la última semana post-terremoto no hizo nada más que confirmar el insomnio. Desde chico me gustó mucho quedarme despierto en la noche, en realidad lo que ocurre es que me gusta estar despierto lo más que puedo. Sé que no es sano dormir poco, pero de verdad me da escalofríos pensar que si sigo la recomendación de dormir 8 horas diarias dedicaré el 33.3% de toda mi vida a dormir.

Por otro lado la noche es muy interesante, todo está quieto, en silencio, tranquilo, la gente duerme y sueña. En el ambiente se siente una soledad pacifica que me agrada mucho. La noche me inspira, me gusta estar despierto cuando todos los demás duermen, me encanta recorrer la ciudad en el limite con el alba cuando aún el sol no rige absolutamente el cielo. Es la misma sensación que siento cuando camino por una calle vacía o cuando me levanto un domingo muy temprano, es como dominar un poco el mundo alrededor.

Para muchas personas la noche es un símbolo de temor y cucos varios, pero a mi me gusta. La noche es ideal para cualquier cosa que involucre concentración, inspiración o relajación. Es el momento perfecto para aprender o crear, cuando algunos de los vicios y problemas que involucra la sociedad descansan. El tiempo en la noche parece ir más lento, sólo estás tu, tu pensamiento y tu consciencia, sin distracciones (para bien o para mal) ni estímulos externos. Las cosas en el interior son más claras cuando todo lo exterior está oscuro. Algo así como las estrellas que son mucho más fáciles de apreciar al oscurecer el resto del cielo.

La noche es como la hermana fea e incomprendida del día. Siempre criticada, siempre asociada con el miedo y el terror, siempre ocultada, siempre postergada, siempre mostrada como la situación ideal para el desarrollo de todos los males posibles. Sobretodo su expresión más hermosa, la luna llena, involucrada injustamente con todo tipo de criaturas malvadas en distintas culturas. El día y la noche son igualmente atractivos, sólo hay que saber disfrutar cada uno a su manera. 

Quizás la situación está bien de esta forma, así los encantos nocturnos están reservados sólo para quienes deseen apreciarlos de verdad. Ya queda poco tiempo de oscuridad, el sol luego va a retomar su lugar y comenzará la vida normal, las personas una vez más despertarán para aprovechar el día sin haberle prestado atención a la noche, pero ahí estará ella de nuevo sin rencor para ofrecer su esplendor a quien quiera tomarlo en cuenta. 

Hasta La Próxima!!

viernes, 5 de marzo de 2010

The Dreamers

El nombre de esta entrada se me ocurrió por la película de Bernardo Bertolucci, que a su vez estaba basada en el libro "The holy Innocents". Pero no hablaré de la película aquí, podría comentar sobre ella pero mi amor platónico por Eva Green le quitaría objetividad al asunto. Voy a hablar de los sueños y los soñadores.


Esta entrada estaba preparada desde hace un tiempo, pero por los hechos ocurridos aquí en mi país necesité postergar la publicación hasta hoy. Quiero hablar de quienes nos gusta soñar, despiertos o dormidos, y de los sueños que tenemos. Como todos saben, también existen las pesadillas, pero prefiero dejar ese tema para otra vez y centrarme en los sueños "positivos" por darles algún nombre. Según la ciencia wikipedistica, soñar es reorganizar la información recibida (usualmente durante el día anterior) y con eso crear una historia idealizada en una realidad virtual con sonidos, sensaciones y demás. Pero soñar es algo más que eso, soñar nos permite vivir un mundo que controlamos, que nos gusta, que nos hace sentir bien, que nos hace alegrarnos aunque sea un instante cuando la realidad no lo hace.

Desde hace unos años, siempre traté de forzar mis sueños, pensando mucho en algo que quería antes de dormir para lograr vivir en mi mundo durante la noche, pero sólo me resulto algunas veces. Otras (y esto nos ha pasado a todos) justo había logrado soñar algo que me reconfortaba y de pronto me despertaba con el gran e inalcanzable deseo de poder dormirme de nuevo para continuar la historia. Las veces que logré completar la historia, o las veces que conseguí sensaciones agradables de los sueños, siempre me desperté en la mañana con una sensación satisfactoria, como si realmente hubiese lo hubiese vivido el día anterior.

Pensando en lo que dice Wikipedia, eso de que los sueños son idealizaciones, creo que es mejor no tener poder sobre lo que soñamos. Si cada vez que nos fuéramos a dormir pudiésemos decirle a nuestro cerebro que hiciera realidad todas nuestras fantasías y viviéramos en ese mundo cada noche, al final terminaríamos decepcionándonos de la realidad y el choque sería tan brusco que acabaríamos vueltos locos. A pesar de esto confieso que me tienta la opción de dominar los sueños, me gustaría sentir esa sensación agradable cada mañana, por eso hasta hoy cada noche trato de inducir historias a mi cerebro.

La otra versión de los sueños, es cuando lo hacemos estando despiertos. Cada persona tiene su propia forma de soñar despierto, en mi caso personal cuando quiero irme del mundo me acuesto en algún lado escuchando música y cierro los ojos. Los "sueños despiertos" tienen, en mi opinión, objetivos (por decirlo de alguna manera) distintos a los que tenemos al dormir. Usualmente los sueños que tengo despierto tienen que ver con cosas más reales, es como imaginarse el futuro de la vida real no idealizada, imaginar lo que puedo lograr, los objetivos que puedo alcanzar, la vida que puedo moldear, etc. Supongo que esta diferencia tiene que ver con que, al soñar despiertos, por mucho que estemos alejados mentalmente de este mundo, estamos en un estado de consciencia temporal y espacial racional que determina lo que pensamos. 

Sea de la forma que sea, los sueños son un mundo fantástico que tenemos a nuestra disposición cada vez que nuestro cerebro lo desea y las circunstancias lo permiten. Son un recurso inagotable de felicidad y plenitud temporal que nos da un alivio en tiempos difíciles y una motivación extra cuando la cosa anda bien. Despertar en la mañana después de haber logrado, aunque sea sólo en nuestro cerebro, las cosas que más deseamos en la vida es para todas las personas una excelente forma de comenzar el día.

¡Hasta La Próxima!

EDO

lunes, 1 de marzo de 2010

Y Llegó la Catástrofe...

3:33 a.m.,  27/Febrero/2010, Santiago de Chile: Después de una noche de ver el festival y escribir en el blog, me fui a lavar los dientes, me despedí de mis padres, cerré mi puerta y me fui a acostar.  A los pocos segundos de estar sobre mi cama, comenzó el movimiento, inmediatamente hice lo que siempre hago cuando hay un temblor, salí al pasillo del departamento a controlar a mi madre porque ella les tiene pánico.  Al salir encontré a mi mamá y juntos llegamos hasta la puerta de entrada y nos quedamos ahí, mi papá se nos unió en un momento, y ahí estábamos los 3 sintiendo un temblor bastante fuerte, pero normal en este país. El problema fue que este no se quedo tal cual, a cada segundo se sentía con mayor intensidad, más brusco, más fuerte, más sobrecogedor. Un ruido fuerte y un golpe se llevaron la electricidad haciendo que la escena fuera aún mas atemorizante, de pronto la fuerza del terremoto ya no permitía mantenerse en pie. El resto de los habitantes del edificio también estaba en las puertas de sus departamentos, los gritos y el pánico de las personas sumados a los escombros que caían y al ruido de cosas quebrándose en los departamentos ayudaban, cual efectos especiales, a completar el cuadro de terror.

Ahí estaba cada persona aferrándose a su fé o a  sus convicciones. En mi caso personal, nunca le he tenido temor a los temblores, de hecho siempre me provocaron una sensación extraña pero agradable, como de liberación de tensión. Esta vez, el movimiento era impresionante (desde luego si fue grado 8.5º Richter y yo vivo en altura), pero a pesar de eso, sentía tranquilidad, no si se era de rendición o de coraje, pero estaba tranquilo, viviendo esos eternos 2 minutos y medio junto a mis padres. Pensaba con inquietante tranquilidad en lo que podría ocurrir, en que todo podría terminar en ese momento, pensaba fríamente en que la estructura quizás no resistiría mucho tiempo más con esa intensidad brutal (para mi suerte, estaba equivocado). Mi cabeza estaba suficientemente ocupada pensando cosas, como para tener tiempo de asustarme. Después de casi 3 minutos que parecieron una eternidad, la tierra devolvió la calma, pero esta calma llevó al caos. Cuando terminan los eventos traumaticos, la gente comienza a vivir la verdadera crisis, la preocupación por los seres queridos que están lejos y la impotencia de ver como sus casas están destruidas. La fragilidad emocional de darnos cuenta de que no importa cuanto estudiemos,  aprendamos, ganemos o queramos, la naturaleza siempre estará ahí para recordarnos que somos tan insignificantes como ella quiera.

En el sur de Chile, la calma de la tierra dio paso a la furia del mar, que entró en los pueblos a reclamar tierra que no le corresponde. Llevándose casas, autos, sueños, ilusiones, esperanzas y vidas. Aumentando el daño hecho por el terremoto, sin permitir que la gente ni siquiera pudiera tener un respiro ante la tragedia. Después de la catástrofe, salieron a relucir algunas de las actitudes más despreciables de las personas, el saqueo de cosas innecesarias y el robo a algunas casas en estos momentos por parte de algunos seres, muestra que el mar y la tierra se equivocaron con las victimas que eligieron, así de simple.

Ahora que pasaron un par de días, comienza la reconstrucción. Pero la material no es la más importante, la que de verdad interesa es la personal, en la que cada persona debe buscar ánimo y fuerza en lo que pueda (religión si creen en algún dios, en el amor por su familia, en sus convicciones de vida o que se yo) para poder sobreponerse a todo lo ocurrido y continuar con la vida. Esta es la tarea más ardua, porque la ayuda material llegará tarde o temprano, en cambio conseguir ayuda emocional resulta difícil cuando se perdió una madre, un padre, un hermano, un esposo o un hijo. La reconstrucción interior es una tarea titánica para aquellos que resultaron más afectados.

En este momento, luego de saber que todos mis seres queridos están bien, espero de todo corazón que mi país sea capaz de sobreponerse a esta tragedia, que cada persona encuentre un motivo para tener fuerza. Al final lo que quiero decir es que espero que cada persona que perdió mucho más que una casa o un auto, tenga deseos de comenzar de nuevo la vida. Como estudiante de ingeniería y ciencias, sé y entiendo que los terremotos no son más que procesos geológicos naturales y que es parte de la vida en el planeta convivir  con ellos, pero esta perspectiva está, lógicamente, muy alejada de la que tienen las personas para las cuales este terremoto significó un quiebre profundo y negativo, al llevarse una parte importante de su vida. 

¡Vamos Chile a levantarse!